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Amigas de María Soledad rompen el silencio en Netflix

Publicada el 23/10/202405/05/2025 por Julieta Alegre

La nueva película documental sobre el caso María Soledad de Netflix no es la primera pieza audiovisual que pone en escena el femicidio ocurrido en septiembre de 1990. Antes, en 1993, Héctor Olivera dirigió una crónica ficcional en el que una desconocida Valentina Bassi interpretó a la joven catamarqueña. Pero eso sí, en ese entonces la película no pudo dar cuenta —por una cuestión temporal— de las idas y vueltas que tuvo el enjuiciamiento a los acusados desarrollado a mediado de los años noventa. Tampoco reflejar todas las manifestaciones sociales que se realizaron buscando justicia durante los años noventa. Mucho quedó por contar.

Es cierto que la TV sí mantuvo el caso vivo a lo largo de las siguientes décadas. Informes periodísticos y entrevistas a los protagonistas del caso surgieron cada tanto, sobre todo a raíz de un nuevo aniversario del hecho. Además, en la última década aportaron lo suyo youtubers que se dedican a los casos policiales. Sin embargo, algo es cierto. Ninguno pudo —o quiso— reconstruir una mirada hasta ahora inexplorada: la de las amigas y compañeras de Sole. Las protagonistas silenciosas del caso.

Trailer del documental María Soledad: el fin del silencio. Fuente: Netflix Latinoamérica.

Instalado como uno de los productos más vistos de la plataforma, el documental guionado y dirigido por Lorena Muñoz, —directora también de El Potro y Gilda, no me arrepiento de este amor— se sostiene sobre la idea de novedad. De algún modo, la directora logra rescatar las voces de las jóvenes cercanas a la víctima, algo inédito desde ya. Pero no sólo eso. También consigue enlazar de manera conmovedora aquella lucha colectiva en busca de justicia con este presente crítico en términos de derechos humanos. Pero también combativo.

¿Un presente con soluciones para los casos de femicidios? Por cierto que no. Desde enero hasta agosto de 2024, se produjeron 174 femicidios, 3 lesbicidios, 2 trans-travesticidios y 15 femicidios vinculados, según el Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano. Una actualidad desalentadora. Sin embargo, en este contexto, el documental María Soledad: el fin del silencio hace su aporte. ¿Cuál es? Conectar mojones que, de a ratos, parecieran no estar del todo unidos a simple vista, pero que, sin embargo, cuando pueden leerse como la genealogía de una lucha más abarcativa, permiten constatar un crecimiento que no tiene límites. Al menos, por el momento.

Del Ni una menos al documental de Netflix


¿Por qué realizar un documental sobre el femicidio de María Soledad Morales? Porque volteó un feudo puede ser la primera razón esgrimida y quien la diera no faltaría a la verdad. De hecho, este enfoque resulta dominante en la infinidad de piezas periodísticas que circulan desde hace décadas sobre el tema. ¿El motivo? El asesinato de la joven significó un hito en la historia política de Catamarca y desnudó los hilos del poder que tenía como protagonistas a los Saadi. Por esto el hecho quedó vinculado estrechamente con la política y desde allí se buscó leerlo casi siempre.

No se puede negar que el crimen generó reacciones sociales que aún perduran en la memoria como las llamadas Marchas del silencio, y también cambios políticos de relevancia como la intervención de la provincia, la expulsión del diputado nacional Angel Luque y la condena judicial a Guillermo, su hijo, por ser culpable del femicidio. Pero también es una realidad que esa unívoca manera de ver el hecho dejó de lado otros enfoques. Es decir, obturó visiones. ¿Cómo lo vivieron las compañeras de colegio de Sole, no sólo al crimen sino al proceso judicial, por ejemplo?

A esta pregunta responde el documental de Netflix al tomar las voces de mujeres contemporáneas a la víctima y convertirlas en el hilo conductor del filme. Son sus testimonios los que van a guiar el relato y mostrarnos así, por ejemplo, por qué iniciaron su lucha o cuáles fueron los obstáculos más difíciles que debieron enfrentar. Lo que vuelve diferente a la narrativa es que estas mujeres miran el pasado desde el presente, a sus cincuenta años. Desde este punto temporal pueden dimensionar con mayor justicia la huella que dejaron dentro de la historia de la lucha colectiva por el derecho de las mujeres. Quizá como nunca antes.

Una de las tantas multitudinarias Marchas del silencio, encabezada por los padres de María Soledad. Fuente: La Tinta.

¿Por qué es posible esta resignificación del rol de las amigas de Sole? Porque, de algún modo, la directora logra vincular al fenómeno social que desató el caso —y que, casi con seguridad, hizo posible las condenas a Luque y a Tula—, con el movimiento feminista del Ni una menos. ¿Es antojadizo? Desde ya que no. Aunque en ese entonces no se hablaba en los términos que lo hacemos ahora, la decisión de las compañeras de salir a la calle pese a la negativa inicial de sus padres y de la directora, la hermana Pelloni, refiere su interés por hacer que el abuso y el femicidio tengan castigo. Delitos cuya culpabilidad, por ese tiempo, parecía recaer más en la víctima —»¿qué tenía puesto?»— que en el perpetrador. Mucho más si éste pertenecía a una clase acomodada y tenía contactos políticos.

Así como el femicidio de Chiara Páez en 2015 originó la primera marcha del Ni una menos —un hito en la historia de las luchas colectivas—, las Marchas del silencio pueden ser consideradas un capítulo de la batalla feminista contra la violencia de género. Al menos, ese es el enfoque que construye Muñoz en el documental. Y no carece de lógica.¿Cómo lo hace? Revelando que fueron sus compañeras quienes dieron el primer paso para terminar con la impunidad en Catamarca, junto a la familia de Sole. Y que a ellas terminó sumándose un tercio de la población con la misma premisa. En las calles y en silencio.

El caso María Soledad vs. María Soledad: el fin del silencio


Durante 1993, al mismo tiempo que se estrenaba en el país Tango Feroz —gran éxito de taquilla—, se presentaba la película El caso María Soledad. En ese entonces faltaban tres años para que iniciara el primer juicio y cuatro para el segundo. Por esta razón, el relato que hace Olivera —quién, además, es autor de La Patagonia rebelde y La noche de los lápices— recorre los momentos previos y posteriores al femicidio sin una conclusión judicial. Aunque, claro, evidencia de todos modos quienes son los culpables del crimen a través de los diálogos de los protagonistas. 

Al igual que en el documental de Netflix, el director utiliza como recurso el relato de una amiga de Sole, Mava, para desarrollar la historia. Su óptica es la que guía toda la trama. De ese modo, Olivera muestra las marchas multitudinarias en Catamarca y demás detalles del femicidio. Incluso revela que es la hermana Pelloni quien pone como condición a sus estudiantes marchar en silencio. Pero, por otro lado, deja inconcluso el caso. Faltan episodios importantes. El dolor de las amigas de Sole queda expuesto, pero la historia no tiene final.

Belén Blanco, Valentina Bassi y Carolina Fal en una escena de la película de 1993 sobre el caso María Soledad.
Belén Blanco, Valentina Bassi y Carolina Fal en una escena de la película de 1993 sobre el caso María Soledad. Fuente: Mubi.

Además, como remite a la visión de una sola amiga, la película termina por mostrar un sentir casi individual, no tanto colectivo. Sin proponérselo Olivera, claro. Algo que los testimonios de las compañeras, quienes se juntaron en Catamarca especialmente para la realización del documental de Muñoz, reparan al compartir cada una, pero a la vez en conjunto, una de las experiencias más dolorosas de sus vidas. La más traumática, quizá.

¿Qué observan de aquellos años que antes no veían? ¿Tuvieron miedo? ¿Fueron valientes? ¿Cambiarían lo que hicieron en ese tiempo? Son algunos de los interrogantes que María Soledad: el fin del silencio recorre y, en muchos de los casos, responde como nunca antes lo hizo ninguna otra producción audiovisual. Quizá era hora de dar voz a aquellas adolescentes —hoy adultas marcadas por aquel crimen— que se negaron a dejar en el olvido el femicidio de una de ellas: su amiga Sole.

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Esta obra está licenciada bajo CC BY-NC-SA 4.0

Autores: Julieta Alegre y Nicolás Esquivel

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