Aunque no ha obtenido la popularidad que cualquier serie desearía, Barrilete cósmico es una historia de 2019 que posee un valor inconmensurable: rompe con las representaciones de género de la industria audiovisual local. Sobre todo las referidas al ámbito futbolístico.
¿Cómo lo hace? A través de una narrativa simple y sencilla que se enfoca en un campeonato de fútbol cinco, en el marco de un club de barrio. Desde esa situación cotidiana para los amantes del deporte más popular del país, los guionistas Mariano Minestrelli y Alejandro Balmaceda hacen explotar el lugar común de las historias de este tipo y proponen algo innovador.
Quién está detrás de esta serie web que se desarrolla en diez capítulos de diez minutos cada uno, es nada menos que la Universidad de Tres de Febrero, institución que ha impulsado numerosas producciones argentinas a través de UN3, su canal de TV. No es casualidad que Gorda, serie que también rompe con el statu quo, haya tenido el mismo origen.
¿Qué relata Barrilete cósmico sobre el mundo del fútbol, las mujeres y la equidad de género? ¿Qué diferencias existen entre esta ficción y series y telenovelas que la antecedieron y que abordaron la misma temática? La clave reside en esto mismo precisamente: recorrer las producciones audiovisuales previas e indagar, en parelelo, en la historia del fútbol femino para comprender del todo la importancia de una ficción que rompa con los estereotipos de género en un terreno tan machista como el futbolístico.
Representaciones sobre el fútbol en la industria audiovisual
Antes de Barrilete cósmico, hubo ficciones que enmarcaron la acción en el ambiente del fútbol. La mayoría de ellas, con repercusión, rating por las nubes y premios importantes, pero sin provocar molestias al orden cultural vigente. Esos universos tenían como protagonistas a los hombres, y eso, por supuesto, no llamaba la atención. Por el contrario, era bien visto y esperado.
El más recordado de esos programas de TV probablemente sea Cebollita, tira diaria infantil transmitida durante 1997 y 1998 por Telefe, un canal que desde 1990 lideraba la televisión argentina. El éxito fue rotundo por aquellos días: como programa, editaron varios discos que significaron ventas exorbitantes. También montaron una versión teatral durante las vacaciones de invierno, con la cual salieron de gira al resto de Latinoamérica. La aceptación, queda más que claro, fue total.
¿De qué trata esta comedia con toques de musical? Cuenta la historia de un equipo de fútbol infantil masculino perteneciente a un club de barrio. Aunque los futbolistas —y protagonistas— son varones que no superan los doce o trece años, también hay chicas en el elenco. Pero claro, desempeñando roles vinculados con los estereotipos de género. En pocas palabras, estas mujeres desempeñan papeles laterales y de menor importancia dentro de ese universo. Nunca, en ningún caso, son las que juegan a la pelota.
Algo similar ocurriría unos años después con Son amores, la exitosa tira de Pol-ka emitida por canal 13 durante 2002 y 2003. La historia de los hermanos Marquesi, jugadores de fútbol provenientes de un pequeño pueblo que prueban suerte en All Boys, vuelve a poner en segundo plano y en roles por fuera del deporta a las mujeres que protagonizan la comedia. Aquí también éstas tienen otras aspiraciones o se dedican a otra cosa.
Más adelante en el tiempo, en 2009, estuvieron al aire dos telenovelas con la misma temática: Botineras y Champs 12. La primera, tira de Telefe, teje una trama policial alrededor de la muerte de un jugador de fútbol profesional. La segunda, programa del canal América, cuenta la historia de un club barrial en el que la estrella del equipo de fútbol se enamora de la hija del dueño del club, pero sin conocer su verdadera identidad.
Que una mujer quisiera jugar a la pelota no era un conflicto que los guionistas presentaran en sus ficciones por aquel entonces. En estas dos últimas queda más que en evidencia: en la telenovela de Telefe, su nombre hace referencia a una manera despectiva —y que responde a un estereotipo específico— a las mujeres que rodean a los jugadores profesionales. En el caso de la tira de América, la gráfica deja en claro el lugar que ocupa la protagonista dentro de la trama al posar en el centro, vestida de rosa, con los jugadores de fútbol a su alrededor, con su equipo deportivo.
Quizá el único producto audiovisual del pasado que planteó algo diferente sobre el tema fue La Raulito. La película de Lautaro Murúa de 1975 cuenta la desventuras de una mujer que vive en la calle y en distintas instituciones alternadamente, y a la que nada parece salirle bien. Pero tiene una pasión que la obsesiona: la pelota. La verdadera Raulito, en cuya vida está basado el filme, supo compartir en algún momento su ilusión por jugar al fútbol:
«Me hubiera gustado ser macho y jugar en la primera de Boca como Diego Maradona».
La Raulito.
Claro está que el hecho de que las ficciones de esas décadas —con excepción del filme de Murúa— no pusieran como personaje posible a una mujer que jugara o quisiera jugar, tiene que ver con lo que estaba ocurriendo a nivel social. Resulta innegable. Para que el fútbol femenino intentara al menos profesionalizarse faltaba aún un buen rato.
Lo que trae de nuevo Barrilete cósmico
La serie web de UN3, protagonizada por Malena Sánchez y Santiago Korovsky, cruza dos temas en tono de comedia: el mundo futbolístico por un lado, y la conquista de ciertos espacios tradicionalmente masculinos por parte de la mujer, por el otro. En ese sentido, se destaca porque:
- Cuenta una historia bien argentina como la de amigos que se juntan religiosamente a jugar al fútbol.
- Incorpora homenajes y guiños futboleros que lxs más fanáticxs pueden decodificar con facilidad. El más evidente: el nombre del equipo, que refiere al apodo que le dio Victor Hugo Morales a Maradona durante el mundial del 86.
La trama de Barrilete cósmico es simple y concreta. Unos amigos se inscriben a un torneo de fútbol cinco y, para mejorar sus resultados deportivos, uno de ellos propone incorporar a Paula, una joven que juega a la pelota. Allí empiezan los problemas. Estos varones cis no están demasiado dispuestos a cederle lugar a una mujer en un espacio que consideran —los personajes, pero también gran parte del público— sólo masculino. Y se lo hacen saber de manera solapada.
Una torpeza de Nando, capitán del equipo, que lo lleva a lesionarse momentos antes de iniciarse el torneo, obliga al grupo a aceptar a Paula de todos modos. Lejos de producirse una tragedia deportiva, el plan parece dar resultado y la sorpresa es total. La joven mostrará de inmediato sus habilidades con la pelota y los ayudará a avanzar en el torneo como nunca antes.
Por supuesto que en el transcurso de los partidos, continúan apareciendo prejuicios y discriminaciones sutiles hacia Paula por ser mujer. Pero, debido a su talento, no repercuten finalmente en el devenir del equipo ni en el liderazgo de la recién llegada .La joven hace goles y motiva al equipo. Así, y gracias a su participación, Barrilete cósmico llega a la final del torneo.
No estaban dadas las condiciones sociales años antes para una ficción como ésta podrán decir algunxs, y no mentirían. Algunos datos sobre el fútbol femenino pueden dar cuenta de esto:
- El primer club de mujeres del mundo fue fundado en Londres en 1894, pero no fue aceptado por la Federación Inglesa de Fútbol. Recién en los años setenta del siglo XX algunos países levantaron las regulaciones que estaban en contra del fútbol femenino.
- El primer mundial oficial se realizó hace poco más de treinta años atrás, en 1991.
- Dicho torneo se desarrolla cada cuatro años y ha crecido en popularidad e importancia, sobre todo en el nuevo siglo. Pero no ha igualado al fútbol masculino en ningún aspecto. Eso incluye al salarial.
Todo lo anterior es cierto. Pero, sin embargo, algunas señales del último tiempo parecen darle la razón a los más optimistas y contradecir en parte aquella premisa. La de más relevancia tal vez es que, en 2023, se anunció la firma de un convenio entre la AFA y el Ministerio de Educación para incorporar al fútbol femenino en las escuelas en las horas de educación física. Algo impensable hace unas décadas.
Entonces, si bien es cierto que el contexto social no habilita ciertas historias, también es una realidad que desde las ficciones se puede dar batalla en el orden de lo cultural y poner en el debate cuestiones relevantes dentro de la sociedad, como lo son los derechos humanos. En este caso, los referidos al acceso al deporte.
Quizá por ello esta serie web que pasó desapercibida hasta ahora, ganó un concurso del Instituto Nacional de Cine (INCAA) en 2017, lo que posibilitó su rodaje. Y también, quizás por la misma razón, se ganó el reconocimiento de aquellos fans que aman el fútbol en todas sus formas y que entienden —ya era hora— que el deporte no tiene que ver con el género. Sólo con el talento y la pasión por la pelota.