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Perla negra, un clásico que consiguió su lugar en la web

Publicada el 23/04/202408/08/2024 por Historia para ser contadas

Además de ser doblada en varios idiomas y recorrer el mundo, la telenovela Perla negra supo tener remakes en México, Brasil y Estados Unidos, por lo que la noticia de que se haría una nueva versión en 2021 —en esta ocasión con Anna Chiara en el papel de Perla y Andrea del Boca como antagonista— no sorprendió a nadie. Eso hasta que se dio a conocer el formato en el cual se lanzaría esta vez el clásico de Enrique Torres.

¿En qué marco se originó la telenovela original? Es diciembre de 1994. Atrás quedaron meses vertiginosos debido a la reforma constitucional y el atentado a la AMIA. Pese al contexto, se vislumbra un verano con programas de TV desde la playa y hits musicales fugaces mientras se esperan las elecciones del próximo año sin mayores preocupaciones. Es la era menemista.

En el medio televisivo todo transcurre con rapidez. El objetivo final es ser primero en sintonía. Alejandro Romay como dueño de canal 9 puso en funcionamiento en enero de ese mismo año estrategias para recuperar el liderazgo perdido frente a canal 11 —ahora Telefe—, señal que arrasa desde su privatización. Y el zar de la TV no se equivocó en su intento.

Si bien nunca lo logró del todo, su decisión de colocar una telenovela en el prime time nocturno no solo convirtió a Más allá del horizonte en un suceso, sino que también rompió con la idea de transmitir una tira diferente cada día. Al menos durante esa hora, logró ganar en rating y prestigio e instalar una tradición que se mantendría por muchos años.

Escena de la muerte del abuelo de Eva, en la versión de 1994 y en la serie web. Fuente: Frann Gabi.

La propuesta rupturista de Romay no pasó desapercibida y tuvo respuesta inmediata. El director artístico de Telefe, Gustavo Yankelevich, tomó nota e intentó repetir la fórmula al transmitir de lunes a viernes, a partir de diciembre, una única ficción protagonizada por Andrea del Boca.

La historia tenía todo para brillar:

  • Un horario que impulsaba el crecimiento de la audiencia.
  • Un autor como Enrique Torres, que ya tenía en su haber telenovelas de gran repercusión como Celeste, Antonella y Nano.
  • Una figura con vigencia y amplia trayectoria en el género.

Por supuesto, ocurrió lo lógico. Perla negra se impuso en su franja horaria y le permitió a Andrea del Boca alcanzar el mayor éxito de su carrera como actriz.

Así fue como, de la mano de Torres y a través de un canal de YouTube que la transmitió de manera gratuita, llegó Perla negra 2.0 para revolucionar un género que, por momentos, pareciera fuera de época pero que siempre termina por sorprender debido a su adaptabilidad y la universalidad de los tópicos que trata.

La historia de la telenovela en Argentina


Jesús Martín Barbero, teórico de la comunicación,  lo señaló alguna vez:

«(…) ningún otro género, ni el de terror (…) ni el de aventuras (…) ha logrado cuajar en la región (Latinoamérica) como el melodrama. Como si en él se hallara el modo de expresión más abierto al modo de vivir y sentir de nuestras gentes”.

La historia de los medios no lo desmiente. Al día de hoy, continúa siendo un discurso representativo de América Latina que mueve caudales significativos de dinero a través de su industrialización y distribución al resto de los continentes —sobre todo a Europa y Asia— y que convierte en estrellas mundiales a sus intérpretes en un abrir y cerrar de ojos.

Pero el género melodramático, caracterizado por un lenguaje exagerado y sentimientos universales, no nació con la TV ni con la radio. Su origen en nuestro país se remonta a los folletines de principios del siglo XX, dirigidos a un público apenas alfabetizado. De acuerdo a los diferentes medios que lo tomaron como propio, el melodrama fue mutando sus formas y contenidos, y respondiendo así a las particularidades de cada uno de aquellos.

Andrea del Boca y Gabriel Corrado en Perla negra, la versión original. Fuente: Clarín.

Sin embargo, su matriz se mantuvo intacta en ciertos aspectos.

  • Más allá del soporte utilizado, el género se caracteriza por su serialidad. Cada final de capítulo mantiene el suspenso de la historia hasta la salida del próximo episodio.
  • Evidencia un vaivén entre la repetición —de personajes y situaciones que lo vuelven de fácil reconocimiento— y la innovación de elementos nuevos que configuran, finalmente, un discurso bien conocido por el público.

El género se transformó con los avances tecnológicos y los nuevos formatos. Eso es innegable. Pero ni así logró perder su función central como transmisor de valores, representaciones e ideas y, en ese mismo sentido, como discurso reforzador de la identidad nacional y regional. En cuanto producto popular, logró —y aun lo hace— moldear sentires y prácticas cotidianas que, por lo general, van en concordancia con el orden cultural hegemónico. Aunque también es cierto que puede romper con él y dar lugar a nuevas construcciones sociales si se lo propone.

En la TV argentina, la telenovela tuvo su auge a partir de mediados de los años cincuenta. El semiólogo Oscar Steimberg reconoció en su existencia tres fases:

  • La primera, muy vinculada con las temáticas de los folletines y los procedimientos melodramáticos.
  • La segunda, a partir de la década de 1970, incluyó cambios y conflictos sociales de la época.
  • La tercera, desde 1990 en adelante, estuvo caracterizada por el cruce de géneros y la multiplicidad de subtramas.
Rolando Rivas, taxista, telenovela perteneciente a la segunda fase según Steimberg. Fuente: La Capital.

Es dentro de esta última etapa donde se ubica a Perla negra. La telenovela contó con una treintena de personajes —interpretados por figuras como María Rosa Gallo y Rita Terranova—, una protagonista irreverente y combativa, y segmentos cómicos no convencionales para el género que provocaron una ruptura significativa en la manera de contar historias que se consideran sobre amor.

Si bien las heroínas que había encarnado Andrea del Boca ya venían rompiendo con el estereotipo femenino de la telenovela, Perla supo ir más allá. Lejos de la ingenuidad de Estrellita —la campesina misionera que hablaba con un inverosímil acento en Estrellita mía— o la sensibilidad de Celeste —heroína de Celeste y su secuela—, Perla Montefiori Márquez se mostraba arrebatada y graciosa como la inolvidable Antonella —protagonista de la tira homónima— pero aún más aguerrida y vengativa que ésta.

Con seguridad todas estas características, junto a factores externos, hicieron que el programa no pasara inadvertido para la audiencia y alcanzara rápidamente los cuarenta puntos de rating en el horario central del canal líder de por aquel entonces.

Perla negra: la trama de un clásico de los 90


En la versión original de 1994, la historia comienza cuando una mujer misteriosa abandona a una niña de pocos meses en un internado exclusivo. Un collar con veintiún perlas negras es el objeto que cubrirá los gastos de sus años de educación, por lo que la directora del colegio decide bautizarla con el nombre de Perla.

Los años pasan. La protagonista se vuelve amiga entrañable de Eva Pacheco Huervo, quien siendo huérfana de padre y madre, vive junto con ella en el lugar. Eva no tiene contacto con su familia hasta el día que muere su abuelo, un poderoso empresario, y le hereda su fortuna. En paralelo, conoce a Tomás Alvarez Toledo y queda embarazada de él al poco tiempo, pero la relación no prospera.

Anna Chiara del Boca y Bautista Lena, protagonistas de Perla negra 2.0. Fuente: Negocios.

Lo que sigue parte de un malentendido no del todo verosímil pero que resulta lo suficientemente potente como para darle impulso a la trama. Cuando las amigas viajan a Buenos Aires por cuestiones de la herencia, tienen un accidente vial que provoca el fallecimiento de Eva. En la clínica, Perla es confundida con ella por su parecido físico, lo que le da el pie a la heroína para hacerse pasar por su amiga rica y así vengarse del hombre que la abandonó en el pasado y la llevó a la muerte.

La tira se completa con numerosos personajes que construyen múltiples subtramas, a veces tan interesantes como la principal. No faltan familiares directos y políticos de los protagonistas con recorridos personales que enriquecen el melodrama. Incluso el personal doméstico cuenta con su propia historia, algo no tan habitual por esos años.

Perla negra 2.0: bajo la sombra de su antecesora


¿Es posible adaptar el guión de una telenovela a una serie web sin perder la esencia?  Torres pareció, en principio, encontrar la fórmula. Para llevar adelante la tarea titánica de narrar la misma historia en un nuevo lenguaje, transformó doscientos capítulos de una hora en veinte episodios de quince minutos. Los dividió en dos temporadas que pueden verse en un fin de semana.

Para lograrlo, debió:

  • Eliminar la mayoría de las subtramas.
  • Reducir drásticamente la cantidad de personajes.

Esto trajo consecuencias lógicas: mayor protagonismo de las figuras centrales y condensación de personajes. En la webnovela no hay historias paralelas ni enredos demasiados complejos. Toda la atención se la lleva la trama principal, la cual no resulta del todo creíble si se tiene en cuenta la usurpación de identidad que comete Perla en tiempos de redes sociales.

En paralelo, sin embargo, el autor supo absorber elementos de la coyuntura y del nuevo medio y ponerlos en juego a favor del relato:

  • Incorporó conceptos que son propios de la época actual. Tomás, por ejemplo, no es empresario como en la original, sino youtuber. Y Perla, con el pañuelo verde identificatorio de la lucha por el aborto legal en su muñeca, se declara abiertamente feminista en numerosas ocasiones.
  • Utilizó un estilo musical como el rap que, si bien ya existía en 1994, no se encontraba tan difundido en nuestro país como ahora. El recurso, usado por el fantasma de Eva, convierte las escenas de su aparición frente a Perla en segmentos más cómicos y frescos que los de la telenovela original.
  • Colocó a la protagonista como narradora. Eso implicó romper la cuarta pared para hablar a cámara en infinidad de oportunidades.
Spot promocional de Perla negra 2.0. Fuente: AN Producciones.

Pese a las innovaciones, y al contrario de lo que podía esperarse, la historia de amor entre Perla y Tomás no sufrió grandes modificaciones. La dinámica de coqueteo se mantuvo intacta, esa que hacía reír y enamorar a lxs televidentes en los años noventa, con todo lo que ello implica en un contexto social diferente al original.

Tomás, el protagonista, es tan machista y misógino como en la versión televisiva. Si bien estas características no son presentadas como aspectos atractivos —sino lo contrario—, no dejan de existir. Quizá por eso el autor, como una manera de compensar, construye una heroína interpelada por el avance feminista de los últimos años y más determinada que el personaje de 1994. Pero ese rasgo no puede revertir un desenlace cantado.

Aunque el galán evidencia violencia en su trato con las mujeres —varios personajes de la tira lo exponen—, esto no impide el supuesto final feliz con el que nos tiene acostumbradxs el género.

Con todo, Perla negra 2.0 no deja de ser una telenovela clásica y conservadora adaptada a los medios digitales. Será que falta tiempo para que el género se anime a dar pasos más significativos y logre estar a la altura de los tiempos que corren. Una lástima.

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Esta obra está licenciada bajo CC BY-NC-SA 4.0

Autores: Julieta Alegre y Nicolás Esquivel

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